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  • Viviana Mondragón Morales

Territorios organizacionales


“La Historia Universal es la de un solo hombre”

Jorge Luis Borges

Si nos remontamos a la historia, el deseo del ser humano por acrecentar su poderío ha sido razón suficiente para grandes y pequeñas guerras, para desafíos, afrentas y enemistades, para eternas luchas entre renombrados líderes y jefes, con el único objetivo de ampliar su territorio.

El territorio demarca un pedazo de nuestra propiedad donde podemos establecer ideas y cimentar sueños. Lo que se logre en el territorio y hasta dónde llegue el mismo, dependerá del “conquistador”.

Desde el momento incluso en que nacemos, nuestro cuerpo se convierte en un pequeño primer territorio que conocer y conquistar. Siendo así, cada uno de nosotros es el artífice de su propio mundo, y como bien lo mencionó Borges en la frase del inicio del artículo, construyendo cada uno su “propia historia universal”.

¿Por qué la propia historia universal? Porque según la visión que cada uno de nosotros tenga del mundo, de su mundo, será la verdad única que nos guíe y la que nos propondrá la interacción con las otras personas y con el entorno, llenando nuestro territorio con limitantes o con esperanzas.

Y, ¿qué sucede en las organizaciones?

Las empresas están llenas de conquistadores de territorios. Unos, como sucede en la historia, que viven felices con su “pedazo de tierra” y otros, que quieren incrementar su espacio a como dé lugar, y que parece que jamás lograrán saciar su sed de grandeza.

Estos conquistadores son en ocasiones “usurpadores” ya que no conectan personas y no ensanchan su área de impacto por convencimiento, invaden regiones, roban la energía y la motivación de colaboradores y pares, “esclavizando” las mejores intenciones y posibilidades.

Vemos confrontaciones de “guerra” en medio de reuniones, donde el que habla más fuerte o el que tiene mayor jerarquía demuestra su mando.

Incluso, historias de jefes maquiavélicos llegan a los oídos de los más nuevos y se convierten en un mito que pocas veces se comprueba, sólo basta con un “viso” de comportamiento para que sea la prueba irrefutable de la realidad aumentada.

Identificar qué motiva a estos jefes “conquistadores” será el nuevo reto planteado para los líderes directivos en la organización.

¿Para qué?

Normalmente, estos jefes tienen ascendencia y don de mando, en ocasiones les falta alineación estratégica y acompañamiento. Es un reto que requiere tiempo y dedicación, y en el acelerado mundo de la urgencia en el que vivimos hoy, no nos queda tiempo más que para “trabajar”.

Pausar para conectar con el otro.

Lograr un liderazgo estratégico, que inspire e integre efectivamente a las personas en la empresa, que gestione procesos y direccione personas, alineados a la generación de valor.

Ese, ese es realmente el reto que tenemos hoy como estrategas de nuestras empresas y que nos permitirá lograr esa pausa infinita que nos conecte como humanos y que nos permita dejar de vernos como conquistadores y conquistados, y nos conlleve a sabernos como un universo conjunto, valioso, único, que trasciende y que genera valor a los mundos que hacen parte de la organización y a los mundos que interactúan con ella.

#Liderazgo #Equipos #Desarrolloorganizacional

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