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  • Viviana Mondragón Morales

Trabajo en equipo: ¿una utopía?


“La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.

Eduardo Galeano

Durante muchos años, las organizaciones en sus diferentes niveles, jerarquías y objeto social han buscado la manera de obtener el máximo beneficio en la utilización de sus recursos. Para ello, han seleccionado el trabajo en equipo como el elemento diferenciador e ideal que permitirá optimizar los procesos y logrará que se cumpla la famosa frase “uno más uno es igual a tres”, queriendo con ello señalar el poder de la sinergia y del actuar conjunto, más allá de las individualidades.

En nuestra cultura, sin embargo, nos han enseñado desde niños el valor de ser competitivos, de ser los mejores y sobretodo, de ser mejor que el otro. Razón por la que considero que el trabajo en equipo se convierte en la utopía de nuestras empresas, sea cual fuere su enfoque, ya que es complejo armonizar tal variedad de “estrellas”, cuando ni siquiera los líderes de las organizaciones sabemos cómo ser y hacer una “constelación”.

Queremos que el trabajo en equipo suceda como por arte de magia y lo que no nos fue enseñado, en ocasiones ni siquiera en el núcleo familiar, surge como pesadilla, finalizando con “un prefiero trabajar sólo”. Posiblemente, no es que la persona prefiera trabajar sola, lo más probable es que no tenga conocimiento de cómo trabajar con otro, y menos de cómo obtener un máximo beneficio de esa interacción y trabajo conjunto.

El asunto que surge como consecuencia es que debemos aprender y enseñar a trabajar en equipo, no importa quien haga la tarea, es decir, si es la academia, la empresa, la comunidad, la familia. Si lo hacemos todos, obtendremos un resultado aún mejor, porque el trabajar en equipo, así como las demás habilidades, solo se desarrollan con la práctica en el tiempo, con el entrenamiento constante y con la comprensión del para qué se hace.

Participar en actividades de grupo, trabajar en grandes y pequeñas tareas con dos, tres o más personas, incentivar acciones conjuntas, desde la fiesta de fin de año hasta la adquisición de una nueva empresa, debemos entrenarnos en eso de trabajar juntos para poder llegar algún día a trabajar en equipo.

Así como lo menciona Eduardo Galeano en la descripción que realiza de la utopía: “¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”. Igualmente sucede con el trabajar en equipo, aunque en ocasiones terminemos haciendo las cosas solos, aunque discutamos horas eternas, y talvez no se logren algunos proyectos por falta de consenso o de compromiso.

Al intentar trabajar en equipo, al exponernos en el día a día en sus variantes, al interactuar con los otros por esos objetivos comunes, aprenderemos a ser mejores. Y hasta es posible que logremos que el trabajo en equipo sea parte de nuestra esencia y de lo habitual.

Dime cómo nos mides y te diré lo que haremos.

El incentivo final para proporcionar un ambiente de trabajo en equipo está en la definición de los incentivos y los controles.

Si castigas o premias a las personas por sus logros individuales, esos serán los comportamientos que surgirán.

¿Cómo están siendo incentivadas las personas de tu equipo?

En la respuesta a esa pregunta puede estar el porqué de estrategias y objetivos no logrados, y de incluso, ambientes laborales confusos.

Y aún más importante, ¿Eres un buen miembro de equipo?

El ejemplo nos sigue en cada espacio que abrimos, es el mejor y más profundo maestro. Para lograr cualquier cambio organizacional, primero debemos empezar por transformarnos a nosotros mismos.

El trabajo en equipo podrá ser una utopía, sin embargo, nos permite crecer, mejorar y avanzar juntos, hacia un mismo horizonte. ¡Adelante!

#Equipos #Liderazgo

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