- Viviana Mondragón Morales
Gerenciar y gestionar
En mi formación profesional como Ingeniera, me enseñaron en las aulas de clase muy bien lo relacionado con los temas técnicos de mi saber y del saber hacer.
Prácticas empresariales, talleres simulados, lecturas de pioneros industriales y gurús de la época de los 90 fueron las guías en la formación de mi pensamiento adulto.
Y así, con esas ideas llegué al mundo laboral, gestionando y optimizando recursos, entre ellos: el recurso humano.
¿Y qué es gestionar?
Pues bien, hay múltiples definiciones de las cuales traeré a colación dos de ellas:
“La gestión se asume como el conjunto de procesos y acciones que se ejecutan sobre uno o más recursos para el cumplimiento de la estrategia de una organización, a través de un ciclo sistémico y continuo, determinado por las funciones básicas de planificación, organización, dirección o mando y control” (Rodríguez Sifontes, 2010).
“Conjunto de reglas y métodos para llevar a cabo con la mayor eficacia un negocio o actividad empresarial” (Espasa Calpe, 2008).
Y así es como definimos métodos, procedimientos y reglas para buscar obtener el máximo beneficio de los recursos que tenemos a nuestro alcance, y así es como también esperamos que funcionen las cosas con las personas. Sin embargo, la mayoría de las veces no sucede así.
¿La razón? Las personas no nos dejamos “gestionar”, nos salimos de las reglas con las que no estamos de acuerdo, ensayamos métodos nuevos, y terminamos haciendo las cosas de la mejor forma que se adapta a nuestras condiciones y pensamientos. Las personas debemos ser gerenciadas.
¿Y qué es gerenciar?
Samuel Alcarraz (2012) dice que “Gerenciar es saber guiar a la organización hacia la maximización de sus fortalezas, es saber posicionar las fortalezas de las organizaciones en nuevos lugares, en lugares donde no tiene oportunidades, es saber abrir caminos donde no los hay”.
Y esta identificación y maximización de fortalezas sólo se logra con el conocimiento y la potencialización de su gente. Las personas nos movilizaremos hacia aquello que tenga sentido y correlación con nuestros propios objetivos y valores. Se requiere: LIDERAR, inspirar, guiar al otro.
Las personas no ejecutamos las labores per se, o por lo menos, si lo hacemos, no se logran los mejores resultados posibles, sólo se cumple la jornada laboral (para el caso de las empresas) o los compromisos mínimos aceptados socialmente (para el caso de familias y amistades).
Cuando se abren caminos, y se enseña a otros como hacerlo, ellos aprenden también a replicar y mejorar en sí mismos y en el ambiente que les rodea. También se les enseña a gestionar, a optimizar sosteniblemente los recursos a su alcance.
¿Así pues, todavía sigues “gestionando” a las personas? O ya te encuentras gerenciándolas.
¡Adelante!